Esta mañana hemos hecho una actividad muy interesante: hemos hecho espeleología en la Cueva de Los Arnales o del Molino. Naturalmente, con un guía (Pablo) que nos ha acompañado para encontrar la entrada, y sobre todo, la salida de la cueva. De camino a la cueva, hemos probado fresas silvestres, menta silvestre, orégano silvestre, todo muy silvestre! Y de salida hemos pasado por un comedero de quebrantahuesos, pero no había ninguno por allí.
En la cueva en sí, hemos podido disfrutar de un surtido variado de cosas que podemos encontrar en las cuevas: estalactitas, estalagmitas, columnas, banderolas, líquenes que brillan de manera que parece que la pared esté llena de pequeños puntos de color oro, un río subterráneo, hemos hecho descenso y hemos escalado con arnés, ... todo muy recomendable.
Después, hemos ido a la cabaña del Turmo, perdón, queremos decir al Hotel Restaurante Turmo, donde hemos comido unas deliciosas migas de pastor (migas de pan con carne, uvas y naranja).
Después de comer, nos hemos ido a las Pozas de San Martín. En las pozas, nos hemos dado un baño, y los críos se han lanzado por ellas como si se tratase de un tobogán.
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| Los niños en las pozas. Sí, al fondo hay dos nudistas que han salido aquí sin comerlo ni beberlo. |
Para finalizar, hemos cenado la barbacoa que teníamos preparada!
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| Cordero, longaniza y chorizo |
Lo mejor/la sorpresa del día: La cueva. Muy chula y divertida.
Lo peor/la decepción: las pozas, que, para el camino que hay que hacer (no muy amigable), no nos ha parecido una gran cosa.
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