Por la mañana hemos estado paseando por Potes, para ver el mercadillo que se organiza los lunes. Naturalmente, hemos comprado unas pastas (somos débiles).
Luego hemos ido a hacer una ruta por la Senda Mitológica del Monte Hozarco. Es una ruta sencilla (aunque cansa más que la que hicimos ayer, ya que al ser circular, la mitad de la ruta es de subida).
Durante la ruta, vas viendo figuras talladas en madera, representando criaturas mitológicas. En el punto más alto de la ruta, se llega al mirador de Santa Catalina, desde el cual se ven unas vistas espectaculares (al cual se puede llegar en coche, por cierto).
Un par de las criaturas mitológicas |
El mirador de Santa Catalina |
Como Nuria iba lesionada de la excursión de ayer, la pobre no estaba para mirar ni figuritas ni figuritos.
Tras acabar la ruta, fuimos a comer a Casa Miguel, en Quintanilla, donde pudimos disfrutar de la probablemente mejor comida en todos los días en Cantabria. El cocido lebaniego estaba riquísimo!
Y de ahí, a Santander, donde llegamos, dejamos las cosas en el apartamento y nos fuimos a hacer una visita guiada por el casco histórico de Santander.
Vistas desde el Centro Botín |
La catedral de Santander |
En la visita, nos explicaron la relación de Santander con Alfonso XIII y con el mar cantábrico, y nos explicaron los desastres acaecidos en la ciudad: el incendio que asoló Santander en 1941 y las explosiones del barco de vapor Cabo Machichaco en 1893 y 1894.
zona de tapeo |
Por último, nos quedamos a cenar por allí (sin destacar).
Lo peor/La decepción: Pues por decir alguna cosa, la Senda Mitológica no es algo para recordar. Y no merece la pena si no tienes niños pequeños.
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