Día de hacer un poco de esto y un poco de aquello. Por la mañana hemos visitado la cueva El Soplao, en San Vicente de la Barquera.
La entrada a la cueva se hace en tren |
La singularidad de esta cueva enorme, descubierta por casualidad por una explotación minera, y a la que se accede en trenecito, es la presencia de excentricidades en las numerosas estalactitas que hay en la misma. Así, el suelo tiene estalagmitas suaves, y el techo tiene estalactitas "peludas", con ramificaciones que salen de éstas, en todas las direcciones, incluso hacia arriba! La verdad es que es una visita muy interesante y curiosa.
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Foto Adrián Váquez – www.espeleofoto.com |
Hemos comido en un asador (donde hay un único menú de cordero asado, con unos tomates deliciosos de entrante, a 56€ el menú), y hemos ido a visitar el Bosque de Secuoyas en Cabezón de la Sal. Este bosque tiene la mayor concentración de secuoyas de Europa; si bien, son bastante jóvenes (tienen apenas 80 años), así que no tienen las dimensiones de las del Sequoia National Park, en California.
Y por último, hemos ido a ver algunas playas de la Costa Quebrada, al noroeste de Santander.
Lo mejor/la sorpresa del día: Claramente, la Cueva El Soplao. Es que es, literalmente, única. Preciosa.
Lo peor/la decepción: mmmmhhh quizá las secuoyas. Porque son muy chulas, sí, pero claro: quien no ha visto al General Sherman a cualquier árbol le reza...
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